lunes, 3 de octubre de 2011

Mí despertar “día 1” (final)

Hoy 3 de octubre del 2011, me levante pensando en la persona  que quiero y amo. 

Después, prendí mi televisor y en ese momento ocurrió algo que nunca imaginé. Eso me hizo pensar en el ¿Y Ahora Qué?
Entonces, me vino a la mente todos los planes que teníamos mi familia y mi novio, en el día a día que habíamos planeado. Pero volví mi cara al televisor para poner más atención a lo que estaban diciendo.
En el momento en que escuchaba estas tontas y absurdas leyes, me preguntaba: ¿Qué voy hacer con  mi familia? si nos quedamos ¿Qué nos puede pasar? ¿Podríamos morir? No sabía si salir corriendo, guardar la calma o simplemente quedarme inmóvil.
Pero qué pasaba,  podría morir por el simple hecho de no ser “pura” como ellos decían. En ese momento mi madre entró a mi recámara  llorando y desesperada diciendo: hija, ¿que vamos hacer? tenemos que irnos, sino podemos morir. La tranquilicé un poco pero se quedó más tranquila cuando mi padre habló por teléfono y dijo que saliéramos de la casa, que empaquetáramos lo más importante y nos fuéramos a la estación de autobuses TAPO (Transportes de Autobúses Públicos del Oriente). Pero yo no me podía ír sin saber que era lo que estaba pasando con  mi novio, aunque yo sabía que a él no le podían hacer nada, por que al contrario de mí, él sí era “puro”.
Salí a escondidas de mi casa para poder verlo y saber si iba a estar bien. Cuando llegué a su casa, su abuelita me recibió. Se mostraba distante. En ese momento apareció él y dijo que me amaba, que no podía vivir sin mí pero también  dijo que me tenía que ír y salvar la vida de mi familia, principalmente la mía. Juró que después de qué pasara todo esto, volveríamos a estar juntos para siempre y que nada ni nadie nos separaría. Él me dio esa fortaleza que necesitaba para no vencerme ante nada, al final nos despedimos con un gran beso que hubiera deseado que durara para siempre.
 Al llegar a mi casa, todos ya estaban  listos  y nos subimos al auto, para poder llegar a la TAPO porque si salíamos de la ciudad en el auto nos podían detener los militares que estaban vigilando las casetas de cobro además de estar realizando retenes por todos lados.
Como a la 19 hrs estábamos subiendo al autobús, íbamos a un destino que mis padres se guardaron muy bien.
Yo me negaba a cuestionar a mis padres. Seguía muy confundida. Mis hermanos de 11 y 6 años respectivamente, me hacían muchas preguntas a las cuales no contestaba  y decía que le preguntaran a mis padres. Un rato después  los tres nos quedamos profundamente dormidos.

4 comentarios:

  1. Por lo que noté, aún te faltan algunos poner algunos acentos. En el penúltimo párrafo haz cometido error en la redacción.

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  2. Te dejo mi comentario y sugerencias.

    Corrige tus signos de admiración de esta frase: "¡hija¡".

    También en en el siguiente enunciado: "Al llegar a mi casa, todos ya estaban todos listos" repetiste la palabra "todos", con solo una se entiende la oración.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Compañera, me parece muy interesante tu entrada, solo te recomiendo que revises el uso de algunos acentos. =)

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