lunes, 31 de octubre de 2011

La Pesadilla "Día 5" (final)

El día se ha terminado y pronto será el momento de regresar a ese incómodo tráiler. Angy, mi amiga estuvo todo el día  conmigo y mis hermanos. Saben pienso a creer que hoy mas que nunca admiro a esta niña.
Miré el reloj de mi amiga; ya marcaba las 00:00 horas. En ese momento se paró Juan José y dijo: tenemos que subir de nuevo al tráiler. Cargué a mi hermano y subimos a ese vehículo. Esta vez no pude soportar el quedarme despierta todo el camino y me quede profundamente dormida.
 Recuerdo que cuando me quedé dormida tuve una pesadilla. Fue tan horrible que me desperté gritando y llorando. Mi amiga me preguntó: ¿qué fue lo que estabas soñando? Y yo le conteste que ví que estábamos llegando a un retén y en el momento en el que los militares lo revisaban uno de ellos encontraba el escondite; “era tan real” entonces miré como todos esos malditos empezaban a disparar a diestra y siniestra a todos los que estábamos en el interior. A mí todavía no me disparaban cuando alcancé a observar como mataban a mis padres y todos moríamos; en verdad fue una horrible pesadilla. Gracias a Dios todo eso, no era realidad.
Pero mejor hablemos, que mientras yo tenía esa horrible pesadilla; la realidad era otra. Mi amiga me comentó que al contrario de mi sueño, en realidad nos habíamos salvado del segundo retén. Después de todo esto me dieron ganas de comer y comer. Pero había una mala noticia. Ya no teníamoscomida. ¿Y Ahora Qué? ¿Qué vamos hacer?  ¡No tenemos que comer!     

lunes, 24 de octubre de 2011

El inicio de la salida 2 "Día 4" (final)


Recuerdan que nos habían dicho qué se pospuso la salida del tráiler en el cual saldríamos hacia Mérida, pues nos acaban de informar que ya es la hora de irnos. Inicialmente la salida sería a las 00:30 horas, pero debido a lo anteriormente mencionado saldríamos a las 02:00 horas.



Miré a mí alrededor. Toda la gente incluso mis padres mantenían una mirada desolada, mis hermanos dormían y los bebés tomaban su biberón.



De pronto me dí cuenta que al lado mío venía sentada una amiga de la secundaria “hace tiempo que no la veía”. Comencé a platicar con ella. Le pregunté que como era que había llegado allí, ella respondió que por casualidad. Me extrañó no ver a sus padres pero no le pregunté por ellos. Después nos quedamos calladas.



Mas tarde ella comenzó a llorar y dijo que habían matado a sus padres. Yo no supe que decir y simplemente la abrasé. En ese momento nos dijeron que guardáramos silencio, ya que llegaríamos al primer retén. Sentí un escalofrío que recorrió todo mí cuerpo. Abracé a mis hermanos y a mi amiga.
Se detuvo el tráiler y se empezaron a escuchar pasos por encima de nosotros pues me imagino que era porque estaban revisando los paquetes que traía el tráiler o si no había algún escondite.


Después de 10 minutos de angustia empezamos a sentir que el tráiler empezaba a moverse. Sin duda alguna ya nos habíamos salvado del primer retén. Mi amiga después de haber tenido una crisis nerviosa se quedó dormida.


Como a las 11:00 de la mañana despertaron mis hermanos y les dí unas tortas para que desayunaran. De pronto entró una luz turbia la cual nos lastimó bastante. Era Juan José qué dijo  que teníamos que salir y permanecer dentro de una bodega donde pasaríamos el resto del día. Solo dijo que a media noche tendríamos que subir al tráiler. No explicó por qué pero sentí un gran alivio por un momento. En ese momento dijo mi amiga algo que yo me he preguntado todo este tiempo desde que promulgaron esas estúpidas leyes: ¿Y Ahora Qué?

lunes, 17 de octubre de 2011

El incio de la salida "Día 3" (final)

El día se  acabó. La hora se acerca, y mis nervios no me dejan en paz. Siento algo recorrer todo mi cuerpo, mientras mas transcurre el tiempo esa sensación aumenta.
De pronto miré mí reloj y marcaba las 00:25 horas. Inmediatamente observé que toda la gente se levantaba de sus asientos y agarraban sus cosas o se daban la bendición. Ese momento entró el señor Juan José y dijo: es la hora de irnos, "esa palabra me estremeció toda". Pero no había otra, tenía que ser valiente.
Miré a mis padres y su semblante me decía todo aunque no lo demostraran, yo sabía que al igual a mí se morían de miedo. Sujeté  a mis hermanos y los cinco caminamos detrás de Juan José. Al salir de ese lugar sabía que muchos de nosotros podríamos morir. Al caminar, miraba que la calle estaba hecha un desierto pues ni la sombra de un perro se notaba. Caminamos como dos calles, pero tuve la sensación que hubieran  sido como 5 km. Llegamos al tráiler; entonces nos dijeron que teníamos que subir y acomodarnos muy bien. En el momento en que subí detecté  de inmediato que en el camino íbamos a estar muy incómodos.
Cuando todos estábamos acomodados nos dijeron que la salida se atrasaría hasta la 1:00 horas, ya que algunos militares se habían enterado que un tráiler saldría de Mérida a Belice con “impuros” abordo. Y mí pregunta es la de siempre ¿Y Ahora Qué?

lunes, 10 de octubre de 2011

El Inicio del Camino "Día 2" (final)

Hoy mi despertar no fue como cualquier otro, ya que venía arriba de ese camión horrible. Extrañé mucho mi almohada y principalmente mi cama. Por un momento llegué a creer que todo era un mal sueño del cual hubiera querido despertar, pero no era así. En ese momento volví mi cara al frente del camión y me dí cuenta que estábamos llegando a Mérida. Por fin entendía todo.
Me puse a pensar que al parecer mis padres tenían en  mente irnos a refugiar a Belice, pero ocurría algo que nunca imaginé "no teníamos documentos para poder pasar hacia Belice". Mi interrogativa era entonces: ¿Y como le vamos hacer? ¿Unos mojados más?  En ese momento mi mayor preocupación eran  mis hermanos ¡Son tan pequeños aún!

Al llegar a la estación de autobuses; para mí todo era confusión. Entonces bajamos del camión, pero en ese momento observamos que estaban pidiendo algún documento donde demostrara que éramos “puros” pero sino traíamos algún papel que comprobara tal cosa sería fatal pues conforme a las leyes, ¡si! esas tontas leyes  donde impusieron tal cosa. De inmediato salimos corriendo para escondernos pero en ese momento nos alcanzó a ver un militar el cual nos persiguió. "Ustedes no saben que sensación tan horrible se siente ser perseguido por un hombre así". Enseguida un buen señor que tenía un local cerca de allí nos escondió adentro del mismo mientras, que el militar siguió corriendo sin ver que nos habíamos escabullido. "Estábamos muy agitados por haber corrido tanto".

En ese momento el señor de nombre Juan José nos comentó que se estaba juntando un grupo de personas, que al igual que nosotros querían ir a Belice para escapar de estas estúpidas leyes, pero mencionó que no sería tan fácil, ya que en el camino nos podría pasar algo. Empezó a describir lo que teníamos que hacer.

Primero explicó que saldríamos del lugar donde estábamos escondidos el día de mañana como a las 00:30 horas. mientras todos dormían, pero teníamos que ser muy cuidadosos al llegar al trailer donde seriamos trasladados pues, algún ruido o paso en falso sería desastroso para nuestro objetivo. Mencionó que tendríamos que pasar por dos retenes en el camino pero que sería sencillo, ya que nosotros vendríamos en el transfondo del trailer y encima un montón de cajas, aparentando un traslado de mercancías. 

De pronto me acordé de todas las personas que iban al otro lado a buscar el dichoso sueño americano, que para mejorar su nivel de vida o simplemente para poder darles de comer a su familia y ¡ahora que pasaba! Yo no me tenía que ír a buscar ese sueño sino que tenía que salvar la vida de mi familia y la mía.
Después de toda esa explicación me dije:
¿Y Ahora Que?

lunes, 3 de octubre de 2011

Mí despertar “día 1” (final)

Hoy 3 de octubre del 2011, me levante pensando en la persona  que quiero y amo. 

Después, prendí mi televisor y en ese momento ocurrió algo que nunca imaginé. Eso me hizo pensar en el ¿Y Ahora Qué?
Entonces, me vino a la mente todos los planes que teníamos mi familia y mi novio, en el día a día que habíamos planeado. Pero volví mi cara al televisor para poner más atención a lo que estaban diciendo.
En el momento en que escuchaba estas tontas y absurdas leyes, me preguntaba: ¿Qué voy hacer con  mi familia? si nos quedamos ¿Qué nos puede pasar? ¿Podríamos morir? No sabía si salir corriendo, guardar la calma o simplemente quedarme inmóvil.
Pero qué pasaba,  podría morir por el simple hecho de no ser “pura” como ellos decían. En ese momento mi madre entró a mi recámara  llorando y desesperada diciendo: hija, ¿que vamos hacer? tenemos que irnos, sino podemos morir. La tranquilicé un poco pero se quedó más tranquila cuando mi padre habló por teléfono y dijo que saliéramos de la casa, que empaquetáramos lo más importante y nos fuéramos a la estación de autobuses TAPO (Transportes de Autobúses Públicos del Oriente). Pero yo no me podía ír sin saber que era lo que estaba pasando con  mi novio, aunque yo sabía que a él no le podían hacer nada, por que al contrario de mí, él sí era “puro”.
Salí a escondidas de mi casa para poder verlo y saber si iba a estar bien. Cuando llegué a su casa, su abuelita me recibió. Se mostraba distante. En ese momento apareció él y dijo que me amaba, que no podía vivir sin mí pero también  dijo que me tenía que ír y salvar la vida de mi familia, principalmente la mía. Juró que después de qué pasara todo esto, volveríamos a estar juntos para siempre y que nada ni nadie nos separaría. Él me dio esa fortaleza que necesitaba para no vencerme ante nada, al final nos despedimos con un gran beso que hubiera deseado que durara para siempre.
 Al llegar a mi casa, todos ya estaban  listos  y nos subimos al auto, para poder llegar a la TAPO porque si salíamos de la ciudad en el auto nos podían detener los militares que estaban vigilando las casetas de cobro además de estar realizando retenes por todos lados.
Como a la 19 hrs estábamos subiendo al autobús, íbamos a un destino que mis padres se guardaron muy bien.
Yo me negaba a cuestionar a mis padres. Seguía muy confundida. Mis hermanos de 11 y 6 años respectivamente, me hacían muchas preguntas a las cuales no contestaba  y decía que le preguntaran a mis padres. Un rato después  los tres nos quedamos profundamente dormidos.